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Mercedes AMG GT
El primer Mercedes fue un coche de carreras y es dentro de esta tradición donde deberíamos ver el nuevo Mercedes-AMG GT. Un trasero duro, un capó largo y un habitáculo situado muy atrás dan al GT las proporciones de un deportivo de pura raza. Acompañados por un rugiente V8 biturbo, salimos con el GT de 462 CV.
Motorizaciones
El Mercedes-AMG GT está disponible en dos variantes de potencia, el AMG GT y el AMG GT S. El GT parte de 119.064 euros y tiene una potencia de 462 CV y un par máximo de 600 Nm. En 4,0 s, el GT pasa de 0 a 100 km/h y alcanza una velocidad máxima de 304 km/h. El AMG GT S llega a tu casa desde 138.303 euros y tiene 510 CV y 650 Nm de par máximo. Este modelo también es ligeramente más rápido, pasando de 3,8 s a 100 km/h. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 310 km/h. Ambos modelos están propulsados por un ruidoso V8 BiTurbo con una cilindrada de 3.982 cc. El motor envía toda la potencia a las ruedas traseras y, en cuanto a la transmisión, ambos modelos tienen un rapidísimo cambio automático de doble embrague AMG SPEEDSHIFT DCT de 7 velocidades.
Desarrollado específicamente para el GT, el V8 biturbo de 4,0 litros se caracteriza, entre otras cosas, por su construcción ligera, una banda sonora V8 de la que no te cansarás, una rápida respuesta del acelerador y unas prestaciones de competición. El motor se monta a mano en Affalterbach siguiendo íntegramente el principio de AMG de «un hombre, un motor».
Control de la suspensión AMG
El AMG GT S está equipado de serie con el chasis deportivo AMG Ride Control. En el AMG GT, es opcional. Nuestro coche de pruebas (AMG GT) también estaba equipado con esta opción. La ventaja de este sistema es que puedes ajustar la amortiguación del chasis deportivo a la situación de conducción. Puedes hacerlo mediante un botón o seleccionando un programa de conducción: confort, sport y sport plus. En confort, el ajuste del amortiguador se orienta entonces hacia una conducción cómoda, mientras que en sport plus, por ejemplo, va a ser muy rígido. La amortiguación es diferente para cada rueda y, además del ajuste seleccionado, también depende del estado del firme y del estilo de conducción. Esto hace que este deportivo también sea muy útil en el día a día.
Cabina deportiva
El interior también rezuma deportividad. En el centro del conductor encontramos un puesto de conducción deportivo con aspecto de carbono. El volante deportivo de cuero Nappa con tres radios y parte inferior plana no sólo tiene un aspecto agradable, sino que también se adapta bien a la mano. Los asientos deportivos sientan como un guante, sin resultar excesivamente deportivos ni incómodos. Esto sólo contribuye a la facilidad de uso también en los desplazamientos cotidianos.
La consola central (AMG Drive Unit) también contribuye al aspecto deportivo del AMG GT. En esta consola encontramos, entre otros, el botón Dynamic Select, el botón de arranque del motor, el botón para ajustar electrónicamente los amortiguadores y una taza para controlar el sonido del escape.
Marco espacial de aluminio
El rendimiento de un coche deportivo depende de la optimización de la distribución del peso con el objetivo de crear el centro de gravedad más bajo posible. Para el AMG GT, optaron por hacer el coche más ligero por delante que por detrás. Debido a la construcción elegida, la relación de pesos es de 47: 53 entre los ejes delantero y trasero.
El bastidor espacial del AMG GT es en gran parte de aluminio y pesa sólo 231 kg. El módulo frontal es de magnesio. El portón trasero es de acero y no de aluminio, para garantizar la rigidez necesaria. Al elegir estos materiales, el resultado final es una construcción extremadamente ligera.
Experiencia al volante
La experiencia de conducción del AMG GT sólo puede describirse como sublime. El coche tiene mucha potencia disponible e incluso bajo una lluvia torrencial, los sistemas garantizan que todo permanezca bajo control. El sonido del V8 en el habitáculo es celestial y suena un poco como el rugido de un tigre. En cuanto al manejo, cuesta un poco acostumbrarse a pisar el acelerador en el momento adecuado en una curva, pero una vez que te haces con el coche, resulta natural. Si quieres ir más despacio, pon el coche en modo confort y entonces también es muy útil para los desplazamientos cotidianos.
Conclusión
La única pena del AMG GT es que se ven tan poco en la vida cotidiana. Si consigues avistar uno en libertad, tiene un aspecto atractivo y es un coche que llama la atención. El color «AMG Solarbeam» es nuestro favorito. Conducir el AMG GT es una auténtica experiencia, tanto por sus prestaciones de pura raza de carreras como por su sonido.

Johan De Haes
Test driver